viernes, 23 de noviembre de 2012

LA BAJAÑÍ


Un día de otoño que llovía a mares y estaba en su consultorio, Pepe Sánchez Ordoñez me dijo:

 - Niño, mañana te traes la "bajañí" y le damos un repasito.

Pepe era A.T.S. Para nosotros era Pepe, el "practicante". Un tio muy buena gente, simpático y campechano que se dedicaba a poner inyecciones a los enfermos del barrio. Cuando tenía cinco o seis años, le odiaba y le tenía un pánico tremendo. Creo que Pepe ha sido la persona que más me hizo llorar de pequeño. Pepe era sinonimo de dolor. 

La llegada de Pepe a mi casa era todo un acontecimiento. Durante un cuarto de hora, se hacía dueño y señor de la cocina. Encendía el fuego y ponia a hervir las jeringuillas de cristal en una cajita metálica, mientras canturreaba coplillas de Carnaval.


Manejaba la cajita metálica sobre el fuego con unas largas pinzas de una forma muy metódica y eficaz. Una vez que el agua hervía, empezaba el ritual de preparar la inyección. Primero cogía la ampolla de la medicina entre los dedos indice y pulgar y le daba un golpecito. Ayudado por un pañuelo, le hacía un cortecito al gollete y rompía la parte superior. Luego la subía hasta la altura de sus ojos y al contraluz de la ventana, comprobaba el nivel del liquido, metía la aguja dentro y llenaba la jeringa, hasta lograr la dosís justa. Siempre canturreando. Mientras, mi madre las pasaba canutas buscandome por la casa, ya que nada mas oir su llegada, yo corría a esconderme. Pero me pillaba siempre,... siempre me pillaba.



Las manos de Pepe me llamaban mucho la atención. Eran unas manos finas, con unos dedos largos y uñas largas, pero perfectamente cuidadas. En el dedo anular de su mano derecha, un anillo muy bonito con un piedrecita roja.
  
Conforme fui creciendo, el miedo no se me iba del cuerpo, pero aguantaba el tipo en la cocina, mientras Pepe hacía su ritual del fuego y la jeringuilla. Me encantaba oírle cantar y contar cositas de Carnaval. 

Con el tiempo, me enteré de que Pepe fue músico de grandes comparsas de los años 60 y 70: “Les Chanssoniers", “Los Chulapos”, “Semblanza Gaditana” y tantas otras que compuso con Ricardo Villa.

1968 - Semblanza Gaditana. Pepe Ordoñez, agachado en tercer lugar por la
izquierda. También agachado, primero por la dcha. Ricardo Villa
                                                            1969 - Los Chulapos















Pepe montó un consultorio en un local pequeñito en la C/Arbolí, junto a la taberna “La Sorpresa”. Por aquella época, yo  estaba aprendiendo a tocar la guitarra y salía en una agrupación infantil. Antes de ir a los ensayos, casí todos los días iba al consultorio a pincharme, debido a un tratamiento contra el asma que me estaba poniendo.


Un día Pepe me dijo que le enseñara mi guitarra. La sacó de su funda, la templó y empezó a tocar por "soleá" de una forma increíble, sacándole unos sonidos preciosos, que ni yo podía imaginar que pudiese tener dentro. Me quedé "embobao". Nunca imaginé que Pepe fuese guitarrista. Después de aquello, Pepe me enseñó cantidad de cosas en los ratitos que pasaba por su consultorio antes de ir a los ensayos.

- Niño, mañana te traes la "bajañí" y le damos un repasito.


La Bajañí. Que palabra más bonita y que requetebien que suena. Viene del caló.


1 comentario:

  1. Una historia muy bonita. El pasodoble de "Semblanza" es precioso. Gracias por compartirla. Un saludo.

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